Fisioterapia en lesiones deportivas: fases, ejercicios y retorno seguro al deporte

La fisioterapia deportiva funciona mejor cuando se entiende como un proceso por fases, con objetivos claros y criterios para pasar de una etapa a la siguiente. Nuestro enfoque combina evaluación funcional, ejercicio terapéutico y una comunicación constante con el deportista para gestionar cargas, prevenir recaídas y volver a competir con seguridad.

1) Evaluación inicial y objetivos por fase

La primera visita marca el plan de vuelo. Registramos dolor, rango articular (ROM), fuerza (comparativa entre lados) y control motor. Con eso definimos objetivos y criterios de progreso.

Fase aguda (0–7 días aprox.)

  • Objetivos: controlar dolor/edema, proteger el tejido, mantener movilidad segura y activación muscular de baja carga.
  • Recursos: educación de cargas, elevación/compresión, ejercicios isométricos suaves y movilidad asistida según tolerancia.

Fase subaguda (1–6 semanas)

  • Objetivos: recuperar ROM funcional, fuerza de grupos clave y propiocepción.
  • Trabajo: progresiones de fuerza (isométrico → concéntrico → excéntrico), equilibrio, patrones básicos de carrera/salto si procede.

Fase funcional (6–12 semanas, variable)

  • Objetivos: fuerza específica, pliometría controlada, desaceleraciones y gestos del deporte.
  • Criterios: dolor ≤2/10, ROM funcional, simetría de fuerza aceptable y técnica estable.

Retorno al deporte (RTS)

  • Objetivos: reproducir gestos de alta demanda sin dolor, fatiga controlada y confianza.
  • Criterios de avance (ver sección específica): simetrías de fuerza, tests funcionales y tolerancia a cargas reales de entrenamiento.

H3 — Cómo medimos el progreso (4 pilares)

  • Dolor: que no aumente >24 h tras la sesión.
  • ROM: ganancia sostenida semana a semana.
  • Fuerza: comparativa con dinamometría/pruebas de repeticiones submáximas.
  • Control motor: calidad de movimiento en tareas (equilibrio, sentadilla, saltos).

2) Lesiones más comunes y qué esperar de la fisioterapia

Esguince de tobillo (lateral)

  • Agudo: compresión/elevación, movilidad activa sin dolor, isometría de peroneos.
  • Subagudo: equilibrio en superficies inestables, fuerza de cadena posterior, técnica de aterrizaje.
  • Funcional: pliometría lineal → cambios de dirección.
  • RTS: carrera a ritmo progresivo sin dolor, saltos/giros estables, confianza en gestos del deporte.

Rotura fibrilar (isquios, gemelos)

  • Agudo: dolor controlado y activación suave en rango corto.
  • Progresión clave: isométricos → concéntricos → excéntricos (p. ej., Nordic/variants) y trabajo de cadera para descargar el tejido lesionado.
  • Carrera: reintroducción por intervals, con control de sensación de tirantez y sin dolor residual al día siguiente.

Tendinopatías (rotuliana/Aquiles)

  • Eje del tratamiento: carga adecuada, educación (evitar picos de volumen), y progresión isométrica → excéntrica → fuerza pesada y lenta (HST).
  • Errores típicos: “descansar del todo” durante semanas o, al contrario, volver bruscamente al mismo volumen. Buscamos una curva de carga creciente y tolerable.

Lesión de LCA/menisco (postquirúrgica o conservadora)

  • Temprano: extensión completa, control del derrame, activación de cuádriceps, marcha simétrica.
  • Intermedio: fuerza global, estabilidad de rodilla y cadera, pliometría básica.
  • Avanzado: aceleraciones/frenadas, cambios de dirección, drills específicos del deporte.

3) Prevención y readaptación: del gimnasio al gesto deportivo

La prevención es mucho más que “calentar bien”. En readaptación trabajamos tres bloques:

  • Fuerza (bilateral y unilateral): sentadilla, bisagras de cadera, empujes/halones, gemelos y rotadores.
  • Pliometría y desaceleraciones: saltos de baja a alta demanda, caídas controladas y técnica de aterrizaje (alineación de rodilla, tronco y cadera).
  • Propiocepción y control: tareas reactivas, cambios de dirección y toma de decisiones bajo fatiga ligera.

Tip práctico: planificar la semana con días fuertes, días técnicos y días de descarga. Mejor constancia que picos esporádicos.

4) Soporte en casa: crioterapia, presoterapia y magnetoterapia (con indicación del fisio)

Cuando el fisioterapeuta lo considera útil, el apoyo domiciliario puede acelerar hitos (bajar edema, mejorar confort y adherencia). Ahí encajan los equipos de rehabilitación en alquiler, que permiten mantener el plan entre sesiones.

  • Para procesos con dolor/edema (p. ej., postquirúrgicos de rodilla o esguinces), la crioterapia con compresión ayuda a manejar la inflamación en ventanas cortas y frecuentes.
  • En recuperación de tejidos y molestias residuales, la presoterapia puede apoyar el retorno al entrenamiento al final del día para “soltar” piernas.
  • En hueso/edema óseo o fracturas en consolidación, ciertos equipos de magnetoterapia se contemplan como complemento supervisado.

Si se necesita equipamiento a domicilio, existen soluciones rápidas con entrega en 24 h. Por ejemplo, ofrecemos alquiler de equipos de rehabilitación con atención personalizada 365 días y soporte por teléfono/WhatsApp. Para casos específicos de rodilla, el alquiler de Artromotor K1 a domicilio facilita la movilización segura en fases tempranas. Y si el criterio del profesional incluye magneto, está disponible nuestro servicio de alquiler de magnetoterapia con varios modelos y configuraciones.

Nota de seguridad: estos recursos no sustituyen la pauta clínica. Siempre se usan bajo indicación del fisioterapeuta, respetando contraindicaciones y tiempos de aplicación.

5) Criterios de retorno al deporte (RTS) y señales de alerta

Criterios orientativos (ajustados por lesión/deporte):

  • Dolor basal 0–1/10 y sin rebote 24 h post-entreno.
  • ROM funcional completo o asintomático.
  • Fuerza: simetrías aceptables (p. ej., ≥90% en pruebas clave) y sin déficit en cadenas relevantes.
  • Control: calidad de movimiento estable en saltos, giros, frenadas y contacto.
  • Confianza: el deportista se siente seguro ejecutando gestos específicos a velocidad real.

Señales de alerta

  • Dolor que va a más tras las sesiones, derrame articular recurrente, inestabilidad o bloqueos.
  • Pérdida de fuerza repentina, hormigueos, fiebre o signos no mecánicos → derivación.

6) Errores frecuentes y cómo evitarlos

  • Picos bruscos de volumen (“hoy me siento bien, doblo sesión”). Mejor progresión lineal.
  • Reposo absoluto” durante semanas en lesiones que admiten carga dosificada.
  • Ignorar la técnica de aterrizaje: rodillas colapsando hacia dentro, falta de rigidez en tronco.
  • Saltarse el trabajo unilateral: cojeamos sin darnos cuenta.
  • No medir nada: sin registros es difícil ajustar cargas. Un diario de entrenamiento simple ayuda a decidir.

7) Preguntas frecuentes (FAQs)

¿Cuántas sesiones por semana son recomendables?
Depende de la fase y la lesión; como guía, 1–2 sesiones presenciales con trabajo autónomo pautado entre medias suele ofrecer buen retorno.

¿Cuándo puedo volver a correr tras un esguince de tobillo?
Cuando caminar, saltar a la comba y hacer cambios de dirección básicos sean asintomáticos, y el equilibrio unipodal resista 30–60 s sin inestabilidad.

¿La crioterapia/presoterapia sustituyen al ejercicio?
No. Son apoyos. El pilar del cambio es el ejercicio dosificado y progresivo.

¿Cuánto tarda una rotura fibrilar en permitir sprints?
Varía por tamaño y localización; se reintroducen progresiones de carrera cuando no hay dolor a velocidades submáximas y los excéntricos se toleran bien.

¿Cómo evitar recaídas?
Con fuerza suficiente, técnica depurada, control de cargas (registros) y semanas con al menos un día de descarga.

Conclusión

La fisioterapia en lesiones deportivas es un itinerario por fases: control del dolor, recuperación de movilidad, fuerza específica, pliometría y, por último, retorno al deporte con criterios claros. Cuando corresponde, el apoyo en casa con equipos indicados por el fisioterapeuta mejora la adherencia y el confort. Nuestra experiencia atendiendo a pacientes a diario —con entrega en 24 h y soporte 365 días— confirma que una buena combinación de sesiones, trabajo autónomo y equipamiento adecuado es la vía más directa para volver mejor y más fuerte.