Un estudio biomecánico es una evaluación completa de cómo se mueve tu cuerpo al estar de pie y al caminar o correr. Traducción a lenguaje humano: medimos cómo cargas el peso, qué hacen tus pies, rodillas y caderas en movimiento y qué patrones podrían estar provocando dolor o restando rendimiento. Con ello se obtiene un informe y un plan de acción (que puede incluir ejercicios, cambios de calzado, plantillas personalizadas o derivación).
¿Cuándo te conviene hacerlo?
- Si tienes dolor recurrente en pie, rodilla, cadera o espalda baja.
- Si eres runner o haces deportes de impacto y notas molestias o caes siempre en la misma lesión.
- Si estás en postoperatorio (p. ej., rodilla) y quieres reeducar la marcha.
- En niños, cuando hay torpeza en la pisada, tropiezos frecuentes o desgaste irregular del calzado.
- En personas mayores, para prevenir caídas y mejorar estabilidad.
En mi día a día, cuando un informe biomecánico señala, por ejemplo, una limitación de flexión de rodilla tras cirugía, suelo coordinar el plan domiciliario con artromotor (movilización pasiva y progresiva) y crioterapia con compresión para bajar la inflamación. Esta combinación hace que el cambio en la marcha se note antes y de forma más segura.
1) Definición y cuándo te conviene hacerlo
En corto: es un análisis técnico que traduce tu forma de pisar y moverte en decisiones prácticas. Si ya tienes dolor o vienes de lesión, te conviene; si eres deportista y buscas rendimiento, también. Si no tienes síntomas, puede servir como foto inicial para prevenir.
Señales de alerta (pie, rodilla y cadera)
- Desgaste del calzado solo por un borde, pronación o supinación marcadas, callosidades duras.
- Dolor anterior de rodilla al bajar escaleras, sensación de “rodilla que se va”.
- Tirantez en isquios o gemelos que vuelve una y otra vez pese a estirar.
- Cadera que se “deja caer” al apoyar (indicio de control lateral pobre).
- Paso “cansado” o inestable en mayores.
Perfiles típicos
- Runners: control de carga y cadencia para evitar sobreuso (fascitis, cintilla, tendinopatías).
- Niños: detectar a tiempo patrones que luego cuestan corregir.
- Mayores: mejorar equilibrio y reducir riesgo de caída.
- Postoperatorios: reeducación de marcha y control de asimetrías.
Yo he visto que cuando el estudio se acompaña de instrucciones claras y seguimiento cercano, la adherencia del paciente se dispara. En nuestra atención telefónica diaria (9:00–20:00), resolver micro-dudas del día 2 o 3 marca la diferencia en cómo la persona camina y se mueve la semana siguiente.
2) En qué consiste: pruebas que te harán paso a paso
1. Anamnesis y exploración en camilla. Hablamos de tu historia de lesiones, cirugía, calzado, volumen de entrenamiento, trabajo y hábitos. Valoramos rangos de movilidad (tobillo, rodilla, cadera), fuerza y control motor.
2. Test en bipedestación. Observación de ejes (pie-rodilla-cadera), apoyo estático, estabilidad y posibles compensaciones.
3. Plataforma de presiones (baropodometría). Mide la distribución de cargas bajo el pie en estático y dinámico: antepié/retropié, zonas de máxima presión y tiempos de contacto. Es clave para objetivar pronación/supinación y detectar sobrecargas.
4. Vídeo a alta velocidad. Análisis frontal y lateral para ver ángulos de rodilla, drop de cadera, longitud de zancada, cadencia y patrón de apoyo (talón/mediopié/antepié).
5. Sensores inerciales (IMU). Cuando se usan, aportan datos finos de aceleración y rotación, muy útiles para medir simetrías y variabilidad paso a paso.
6. Informe y plan de acción. Aquí está el oro: se traducen números a decisiones. Puede incluir ejercicios, técnica de carrera, cambios de volumen, plantillas personalizadas y pautas de seguimiento.
En casos con inflamación postoperatoria, suelo recomendar frío + compresión (p. ej., sistemas de crioterapia compresiva) para controlar dolor y edema en los primeros días. Y si hay edema persistente o linfedema, la presoterapia domiciliaria (con presiones ajustables) ayuda a recuperar tobillo y pie para después re-entrenar la marcha con mayor comodidad.
3) Beneficios reales (y límites) del estudio biomecánico
Beneficios
- Diagnóstico funcional: entiendes por qué duele y dónde cargas de más.
- Prevención y rendimiento: cambios pequeños (cadencia, zapato, técnica) pueden quitar carga a la zona irritada.
- Personalización: no todo es “ponte plantillas”; a veces basta con ejercicios y ajustes de entrenamiento.
- Seguimiento: repetir el estudio tras 8–12 semanas muestra si vas por buen camino.
Límites
- No sustituye pruebas de imagen cuando hay sospecha estructural (roturas, etc.).
- Los datos no curan por sí solos; lo que cura es el plan aplicado con constancia.
- No todo dolor de rodilla nace en el pie: hay que mirar toda la cadena.
Una nota práctica: algunas personas mejoran tan rápido que amplían la fase de tratamiento domiciliario (he visto ampliaciones de 15 días extra cuando la evolución se nota). El dato importante es que el plan se adapte a tu evolución, no al calendario.
4) Tecnología: qué significa cada prueba (sin tecnicismos)
| Tecnología | Qué mide | Para qué sirve | Limitaciones |
|---|---|---|---|
| Baropodometría | Presión bajo el pie (estático/dinámico) | Detectar sobrecargas y asimetrías | No ve cadera/rodilla |
| Vídeo alta velocidad | Cinemática de segmentos | Técnica de carrera, control de ejes | Análisis depende del experto |
| IMU | Aceleraciones/rotaciones | Simetrías y variabilidad de la marcha | Requiere colocación precisa |
| Escáner 3D | Geometría del pie | Plantillas personalizadas | No evalúa movimiento |
| Cinta de correr | Repetibilidad del gesto | Medir en fatiga | No es lo mismo que calle |
Cuando el informe aconseja plantillas, me gusta combinarlas con una pauta de fuerza y control (glúteo medio, sóleo, pie intrínseco). La plantilla quita carga hoy; la fuerza evita recaer mañana.
5) ¿Clínica o tienda? Diferencias que importan en la práctica
- Objetivo: en clínica buscamos diagnóstico funcional y plan terapéutico; en tienda, ajuste de calzado.
- Herramientas: en clínica normalmente tienes plataforma de presiones + vídeo + IMU y un informe; en tienda suele primar la prueba dinámica básica y la recomendación de zapatilla.
- Perfil profesional: podología/fisioterapia vs. asesor de ventas.
- Seguimiento: en clínica se pauta revisión; en tienda rara vez.
- Plantillas: en clínica son personalizadas (tras valoración); en retail, plantillas prefabricadas.
A mí me funciona pensar así: primero clínica para entender el problema; luego, con el informe, eliges el calzado con criterio. Es increíble lo que cambia la elección cuando ya sabes cómo cargas tu pie y qué necesita tu rodilla.
6) Cómo combinar el estudio con tu rehabilitación en casa
Ejemplo rodilla post-cirugía: si el estudio detecta limitación de flexión y marcha antálgica, propongo artromotor (rango progresivo, p. ej., objetivo 0–120°), crioterapia compresiva para dolor/edema y trabajo de cuádriceps/glúteo. El cambio en el patrón de marcha llega antes y con menos dolor.
Edemas/linfedemas: la presoterapia ayuda a movilizar líquidos y a “despertar” el tobillo rígido. Cuando el volumen baja, caminar duele menos y el re-entrenamiento se consolida.
Magnetoterapia en indicaciones concretas: en casos seleccionados (edemas óseos o consolidación), sumarla al plan puede facilitar la vuelta progresiva a la carga. La clave es que derive de una indicación profesional y que la dosis/tiempos sean claros.
En logística, la entrega rápida de equipos en 24 h y el soporte cotidiano evitan que la persona “pierda inercia” entre diagnóstico y tratamiento. Esa continuidad se nota en la pisada… y en los resultados.
7) Preguntas rápidas antes de pedir cita
¿Cuánto dura? Entre 40 y 60 minutos según pruebas y si corres en cinta.
¿Duele? No. Puede cansar un poco por repetir gestos.
¿Cómo me preparo? Lleva tu calzado habitual (y el de correr si aplica), calcetines que no resbalen y pantalón corto o mallas. No hagas cambios radicales el día anterior.
¿Cada cuánto repetirlo? Si hay dolor/lesión, a las 8–12 semanas para ver progreso; si es preventivo, cada 6–12 meses.
¿Plantillas siempre? No. Se indican cuando aportan valor claro y se combinan con ejercicios.
¿Lo cubre mi seguro? Varía por póliza y país; pregunta antes.
¿Y si ya estoy en rehabilitación en casa? Perfecto: el informe afina tu pauta (rango, progresiones, descanso activo, etc.). Yo suelo ajustar volúmenes, no solo herramientas.
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